Por Elena Cucala
Especialista en Psicología Positiva Aplicada
Desarrollo de Personas y Organizaciones en Alenta Equipo
Solemos pensar que las emociones positivas tales como la alegría, el entusiasmo o la calma surgen cuando nos sentimos bien. Digamos que dichas emociones derivan de nuestro bienestar.
¿Y si te dijera que también sucede a la inversa? Cuando potencio y expando las emociones positivas que estoy sintiendo, elevo mis niveles de bienestar.
¿Pero qué esto es de potenciar las emociones positivas?
Las emociones en sí mismas no son ni buenas ni malas, todas ellas son útiles y necesarias para nuestra supervivencia. Lo que ocurre es que algunas se clasifican como negativas (como la tristeza o el miedo) y otras como positivas (como la alegría o la calma). No son simplemente contrarias, sino que las emociones positivas van mucho más allá. Si potenciarlas puede incrementar mis niveles de bienestar, ¿cómo puedo hacerlo?
La psicología positiva ha investigado al respecto y nos trae algunas técnicas más que interesantes. Seguro que todas ellas las conoces y algunas las has practicado sin ser consciente del resultado; ahora ya tienes además razones para potenciarlas a conciencia:
- Savoring (Saboreo)
Se trata de centrarnos con atención plena en la experiencia emocional positiva que estamos viviendo, abrirnos a ella para saborearla y con ello intensificarla.
“Qué a gustito me siento tomando este café tan rico en esta mañana soleada”
También podemos hacerlo con experiencias del pasado, ¿cuántas veces has disfrutado con tus amigos recordando aquel viaje compartido? Al revivir esas experiencias y las emociones positivas que nos generaron , volvemos a sentirlas.
- Practicar la gratitud
Valorar las cosas positivas de la propia vida.
El ser agradecido es algo que comparten las personas con mayores niveles de felicidad y satisfacción vital.
¿ya agradeciste hoy por levantarte y respirar? ¿por tener ropa que ponerte y alimento en tu despensa?
Te sugiero una actividad sencilla y potente: el “diario de gratitud”. Cada noche al acostarte escribe tres cosas por las que estás agradecido/a en el día de hoy. Te servirá para traer a la consciencia lo mejor del día, y para darte cuenta que incluso en los peores días tenemos cosas que agradecer. Y tu cerebro estará encantado de irse a dormir con ese pensamiento.
Hazlo durante una semana, no más
- Practicar la generosidad
Hacer actos de bondad nos permite descubrir que contribuir al bienestar de los demás eleva nuestros propios niveles de bienestar e incluso disminuye la depresión.
Esto es un reto a día de hoy, en una sociedad donde culturalmente estamos muy enfocados en nosotros mismos. Decía Osca Wilde que “el egoísmo verdaderamente inteligente consiste en procurar que los demás estén muy bien. Para que, de este modo, uno esté algo mejor”
¿Y todo esto para qué?
La psicóloga americana Barbara Fredrickson, ganadora del prestigioso “Highest templeton prize in Positive Psychology” y experta en el tema nos dice que las emociones positivas influyen significativamente en el ser humano y provocan un efecto cascada excepcional: crean cambios cognitivos muy potentes en nuestro cerebro, amplían las capacidades cerebrales, nos vuelven más creativos, constructivos, receptivos y resilientes, entre otros beneficios.
Yo acabo de potenciar mis emociones positivas al escribir esto para ti, he disfrutado y saboreado cada instante compartiendo contigo algunas de las estrategias que te ayudarán a tener más bienestar. Y me siento muy agradecida porque ahora me estés leyendo.
Te deseo un final de año en el que encuentres miles de momentos en los que expandir y potenciar tus emociones positivas. Solo es cuestión de vivir con atención plena nuestra vida cotidiana. ¡A POR UN PLENO 2022!